Los conejos son elegidos ampliamente como animales de compañía, debido a su docilidad y a que su cuidado y mantenimiento son sencillos, muy posibles de ser efectuados incluso por niños pequeños.
En esta nota, aprenderemos algunos trucos y consejos para tener un conejo como mascota, ya se aunque vivamos en un hogar con jardín o en un departamento.
El conejo, debido a su tamaño y docilidad, suele ser un animal que no demuestra malestares ni dolencias, para no quedar expuesto ante sus enemigos naturales.
Por ello, debemos estar atentos a su mantenimiento, procurando que no le falte alimento ni bebida y, sobre todo, que tenga siempre un resguardo, ya sea en el interior como en el exterior del hogar.
Si disponemos de jardín, entonces, debemos proveer a los conejos de un resguardo para que pueda resguardarse del sol y de las inclemencias del clima cuando esté ejercitándose en el jardín.
Cuando se lo mantenga en su hábitat, debemos asegurarnos de que tenga espacio suficiente para moverse y para que esté cómodo.
El metabolismo de los conejos es acelerado, y su salud es bastante vulnerable. Por ello, hay que prevenir alimentarlo en exceso, o dejarlo a la intemperie, y expuesto a demasiada humedad.
La correcta higiene de su hábitat es indispensable, por lo que debemos controlar el piso (que puede ser de papel de diario o de virutas de madera o aserrín grueso), para retirar las humedades (y evitar así malos olores) y las deposiciones del animal.
Debemos ofrecerle agua en un bebedero estable, ancho y poco profundo, o en un bebedero de botella, y su alimento debe ser dispuesto en un comedero o plato plástico, para que no se contamine ni contamine el piso del hábitat.
Respecto de su alimentación, podemos alimentarlo con alimentos especiales adquiribles entiendas de mascotas y en la veterinaria. También debemos asegurar una correcta dotación de vegetales, como hojas frescas y limpias de lechuga, zanahorias para que roan, o manzanas verdes o rojas, según su preferencia.
Debemos prestar atención a la higiene del animal, cepillando su pelaje suavemente a diario, en especial luego de su ejercicio. Ya que son propensos a los resfríos, no es recomendable bañarlos sin una previa consulta veterinaria.
En el centro de atención veterinaria podemos solicitar que se le corten las uñas y el pelaje, y debemos asegurarnos de cumplir con su calendario anual de vacunaciones.
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