Elegir la raza adecuada.
Existen numerosas razas entre las que elegir a nuestro amigo, sin embargo, no todas son adecuadas para vivir en un piso y, dependiendo del tamaño de nuestra casa, también tendremos que saber elegir.
Posiblemente en un piso de 30 metros cuadrados un pastor alemán no pueda apenas moverse, lo que tarde o temprano repercutirá en su salud.
También existen razas más propensas a necesitar ejercicio físico. Por lo que en una ciudad, y salvo que tengamos mucho tiempo libre, no podrán realizar todo el "deporte" que necesitan. No menos importante es saber si convivirán con niños, dado que existen razas más adecuadas que otras para "aguantar las perrerías" de los más peques de la casa.
El mejor consejo es hacer una lista de razas que nos gustaría tener y después realizar una búsqueda para conocer sus necesidades. En última instancia, el consejo de un veterinario despejará nuestras dudas.
El nos da compañia, pero también la quiere.
Un perro no es como una planta. Aunque puede estar todo el día solo, debemos plantearnos si vamos a tener tiempo para estar con él y jugar. La mejor pregunta que podemos hacernos es cuántas horas vamos a dejarle habitualmente solo durante el día y si, al llegar a casa, tendremos ganas de ver cómo nos salta encima y quiere jugar.
Muchos expertos señalan que los perros se vuelven más ariscos si están mucho tiempo solos, pero más allá de esa frase, debemos plantearnos si nuestra mascota será feliz estando sola tanto tiempo.
Largos paseos y mucha calle.
El perro no quiere salir a la calle a hacer sus necesidades y volver a casa. A él le apetece pasear, oler, correr...
Esta necesidad se vuelve mucho más necesaria cuando nuestra mascota vive en un piso de una ciudad. Un mínimo de 2 veces al día, 3 si es posible, debe salir a la calle a pasear.
Cuanto más tiempo podamos pasear con él, más ejercicio hará y más feliz estará. Debemos reservar como mínimo una hora por las tardes para irnos a pasear, haga frio o calor.
La salud del perro.
Este punto es muy importante, es esencial. Contraria a la falsa idea que tiene mucha gente, aunque el perro viva en un piso y no en el campo, tiene muchas posibilidades de contraer una enorme variedad de enfermedades, algunas mortales, además de pulgas, garrapatas... muchos conceptos que seguro preferimos que no se vean relacionados con nuestro amigo.
La vacuna anual de la rabia es obligatoria, y sin ella, además de la multa, nos podrán quitar a nuestra mascota. Sin embargo, existen otras vacunas que, aunque no son obligatorias por ley, deben serlo moralmente: la vacuna heptavalente que le protegerá contra distintas enfermedades mortales y las desparasitaciones, internas y externas. También debemos mantenerle limpio, ya le bañemos en casa con un champú especial o le llevemos a un sitio especializado.
No olvidemos que además de por la salud del perro, esto redundará en la nuestra, dado que el perro se va a pasear por los mismos sitios que nosotros.
Las vacaciones.
Es una fecha crítica para muchas familias que deciden abandonar a su mascota al no saber qué hacer con ella. Nuestro perro es un miembro más de la familia por lo que, antes de planificar las vacaciones, debemos contar también con sus necesidades.
Tenemos distintas opciones:
- Dejar al perro con un amigo/familiar. Esto es recomendable si nuestra mascota no es propensa a realizar "pequeños destrozos" en casa.
- Dejar al perro en una residencia para animales. Lo mejor es pedir referencias a nuestro veterinario y/o amigos, si lo llevamos a residencias con prestigio, el perro será tratado como un rey.
- Buscar un alojamiento de vacaciones en el cual permitan mascotas. Si vamos a un hotel que las permita, posiblemente nuestro perro encuentre muchos amigos con los que jugar y estará contento
Algunos consejos sobre el habitar del perro.
Por último, pero no menos importante, van algunos consejos que se aprenden con la propia experiencia:
- El perro debe tener su cuenco de agua siempre en el mismo sitio y siempre con agua fresca. Sabrá donde está y podrá ir directamente a beber cuando quiera.
- Compra una cama donde pueda establecer "su casa". Si no, posiblemente el seleccionará un sitio, nos guste o no.
- Si no quieres que se suba a los sillones o camas, no le dejes nunca. Enseñarle es fácil pero quitarle la costumbre es casi imposible.
- En caso de dudas, quien nos podrá ayudar siempre en ultima instancia será el veterinario. Nuestro perro es como un bebé, hay que cuidar de él para que sea feliz.
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